Ayer se cumplió un aniversario
interesante: 14 años del lanzamiento de Google. Yo pienso siempre lo copado que
debe estar laburar en Google: estás bañado en oro y vas a la oficina en monopatín.
Pletórico. También me imagino que la gente de Google explota a niños y promueve
la trata de blancas en Tailandia. No sé por qué. Creo que las megaempresas de
internet tienen ese toque maligno. Igual uso chrome porque se la banca. Y si Google
mata niños en Tailandia no me importa porque, saquémonos las caretas, es un
buscador re piola. Ojalá un día Google me contrate y pueda ir a una oficina en
monopatín. ¿Por qué lo harían? Porque yo nací el mismo día. Sería una buena
apuesta marketinera tenerme de mascota empresarial. Yo también me calzo la camiseta de la globalización.
Bueno, les mando a todos muchos
agradecimientos. Tanto a los que me dedicaron un tiempito ayer como a los que no,
pues todos son parte constituyente de mi vida.
Mitos y verdades sobre Google:
Google es lo más.
Google es útil para buscar
pornografía.
Google promueve la trata de blancas
en todo el mundo.
Google es dueño de los videos que
subís a Youtube.
Google se la banca.
Los que laburan en Google van a sus oficinas en Silicon Valley con rollers y
monopatines.
Google no sirve para ponerla a menos
que labures ahí.
Lo que no está en Google no existe.
Google promueve el totalitarismo.
Google no es levinasiano puesto que
reduce todo a la ontología… incluso a Levinás.
Google+ no garpa porque no hay
minas.
Si ponés Google en Google podés
romper el internet.
El presidente ejecutivo de Google se
apellida Schmidt y, sin embargo, no es pelado.
Google Earth legitima la paranoia de
Zeitgeist.
En Google son todos putos.
En Google hay una estatua de
Massera.
En Google Earth se puede buscar el
culo roto de Ricardo Alfonsín.
Cuando sea grande quiero ser como
Google.
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