Murió una de las figuras más
nefastas de la historia argentina. Entre sus muchos logros podemos resaltar la
consecución de la Copa Mundial de Fútbol en 1978, la venida al gobierno de una
pata civil-empresarial recontra turbia que transformó el modelo productivo del
Estado, el auge de las importaciones, la baja de los índices sociales y el
aumento exponencial de la deuda externa, y la conformación de un aparato
estatal represivo que atomizó a la sociedad y se llevó puestos a 30.000. Fue
pionero en métodos heterodoxos de lucha contra la “subversión internacional”
como lo fue el robo de bebés. Su nombre en la actualidad sirve como resumen de todo lo malo que pasó por estas tierras.
Hoy debe estar en el Infierno junto
a sus compinches Massera y Agosti –que, aunque no se llevaban del todo que
entre los tres, laburaban con eficiencia para terceros-, escribiendo el
comunicado de radio que informará sobre el derrocamiento de Satanás y la
instauración de un gobierno tripartito entre el fuego y las tinieblas. ¡¡¡Hasta
siempre, Georgie!!!
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