Hay cierta
identidad de sentido en sentencias contrapuestas que nacen después de ganar un
debate. Por ejemplo, podemos decir que "A Fulano le cerré el orto" o
"A Fulano le rompí el orto" indiferentemente y manteniendo el mismo
sentido. A criterio popular, ¿este fenómeno se debe a la flexibilidad de la
lengua castellana o al hecho de que los extremos suelen ser idénticos entre sí?
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