La blancura que resiste



Moi: Lilita es lo más. Debería ser compañera de Capusotto en la TV pública. Se llevarían todos los premios. Al minuto 22 se larga a llorar pidiendo que los argentinos reaccionen. Tiene una película en la cabeza la gorda, que toca las puertas de las casas pidiendo a los argentinos que no se dejen comprar. Te imaginás que toque Carrió a la puerta de tu casa y te diga: "¡¡Sofía, RESISTÍ!!". Yo saldría a pegarle a una cacerola en la ex ESMA.
Sophie: ¡Jajaja! ¿Tan fácil te dejarías convencer?
Moi: Es que sería algo muy fuerte: abrís la puerta y está Carrió, como en las propagandas de jabón en polvo que estaba Julián Weich, pero en lugar de arreglarte el lavarropas, te manda a resistir. Es re power el mensaje, boluda.
Sophie: Julián no te arreglaba el lavarropas, te hacia comparar la blanquitud de las medias. ¡Jaja! Espero que si eso pasa no venga acompañada de una cámara.
Moi: Claro. Te emocionás. ¿Te imaginás que Carrió te venga a vender jabón en polvo? Hay que resistir contra las manchas; la blancura que resiste.
Sophie: ¡Jajaja! ¡Qué verguenza que el mundo vea mis medias sucias! Además, uno nunca sabe que hay tirado en el cuarto del lavarropas…
Moi: Eso es cierto… "¿Puedo entrar a tu casa?", te pregunta Carrió y entra con las cámaras y los micrófonos sin que des respuesta.
Sophie: Enfocan las bombachas sucias. Mi casa no está prepara para que entre una cámara sin avisar… somos muy desordenados.
Moi: Claro, uno de tus cumpas está tirado en el baño en calzoncillos, todo meado. Carrió se lamenta de la juventud perdida y señala: "Esto es lo que el fascismo hace con los jóvenes. No hay esperanzas en sus rostros", y enfocan un primer plano de tu cara, que dormiste poco, y tenés esa grasitud de no haber dormido. Tu cara brilla y tus ojos, colorados, muestran el exhausto rostro del desangramiento de la República. Carrió te abraza, te besa en la frente y te perdés en su abrazo. Volvés al mundo en 2025, salida del abrazo de Carrió, y te das cuenta que ya no hay mundo, que el kirchnerismo destruyó el mundo. Ahora sólo hay una poronga: la de Aníbal Fernández; y el resto es la nada. No hace falta que digas nada; con mis palabras he dado por concluida la conversación de Carrió.

Fragmento  de RAJOY, MARIANO, Conversaciones hilarantes con Little Freud, Planeta Agostini, 2010

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