Sobre cómo salve al mundo.

Estamos en el  21 de diciembre de 2012. Cómo ya lo había dicho el común denominador del hombre genérico, se nos venía el  fin del mundo encima. Pero no sucedió. Debo decirlo, no creía en las premisas postuladas sobre el mismo, puesto que se fundaban en una escatología apocalíptica mesiánica impresionante. Pero eso no importa. No. Lo importante hoy es cómo es que los cambios de opinión ocurren. Y es que si no hubiera sido por mí, el mundo se hubiera acabado. Pero baste  este preludio para la narración. ¡Basten estas breves palabras para repudiar la vacuidad de nuestras aseveraciones científicas!
¡La llegada del fin del mundo no habría sido una tragedia hollywoodense! Su arribo no hubiera estado anunciado por las trompetas del “Vuelo de las valquirias” de Wagner, sino por el ruido blanco de los televisores sin cable. La nada misma, somatizada sobre nuestra piel desnuda, indigente. Muerte de Dios. Transvaloración de todos los valores. Budismo cabeza.
Y  todo eso habría sucedido de no ser por mí: anoche, damas y caballeros, salvé al mundo una vez más. ”¿Cómo?”, se preguntarán. Difícil será hacer una narración de los acontecimientos ocurridos anoche, pero haré lo mejor posible, esperando de ustedes, mis queridos lectores, no sólo la puesta en ejercicio de vuestra máxima atención, sino también la mayor comprensión posible sobre las graves deficiencias que mi prosa trae consigo. Resulta difícil dar cuenta, todavía  a estas horas, de la gravedad de lo  que hubo ocurrido. En fin, no los demoraré más.
Ante mis ojos, a las 23:30 horas del día jueves 20 de diciembre de 2012, se presentó una criatura esotérica, venida de otras dimensiones, más allá de la oscuridad del  pozo ciego. Vestía una túnica color negra y su rostro, pálido, reflejaba una frialdad propia de los trasmundos.
- ¿Qué eres tú, criatura, que has venido hasta mí y qué es lo que traes entre manos? –increpé a la bestia.
- Soy la que nunca ha de morir –me respondió ella.
- ¡Pero eso es imposible! ¡Todo lo que está vivo debe morir, pues una causa nunca puede ser mayor que un efecto! ¡Mientes, criatura bellaca! –la acusé.
- Soy la que nunca ha vivido- insistió.
- ¿Pero cómo puedes estar ante mí si no estás viva ni muerta? –recordé entonces las pervertidas palabras de Videla (“ni vivo ni muerto”) - ¿Estás desaparecida? – aventuré.
La bestia, sonriendo parcamente, comenzó a cantar una melodía atonal mientras recitaba: “Todo es perenne, todo comienzo tiene un final, vivo en el mundo desde que nació y existiré hasta un instante después que deje de ser”
- ¡Pero eso es imposible! – protesté - ¡El Mundo es una idea que sirve para hacer la síntesis trascendental!
- ¡Ufff! –se quejó la criatura - ¡Estos kantianos me tienen las bolas llenas! ¿De verdad creés en el noumeno? Mirá que no tiene sentido.
Entonces en un gesto extraño se inclinó hacia atrás y posó sus cantos sobre la silla que estaba frente a mí.
- ¿Tenés una birra? – me preguntó.
- No tomo cerveza. Tomo vino tinto.
-¡Con este calor! Bueno, dale, descorchá uno y traete unos hielos.
Hice lo que me pidió.
- Bueno, ¿qué eres entonces?
- ¡La Muerte, boludo! Soy la que nunca ha de morir; la que nunca ha vivido; estoy desde que el mundo nació y me quedaré hasta un instante después de que desaparezca. ¿No había quedado claro? ¡Aparte mirá cómo ando vestida!  ¿Quién anda con una túnica negra  con este calor?
- Las monjas tienen el hábito.
- ¿Te parezco una monja?
- No, la verdad que no. Pero encima lo que me decís no tiene sentido. Cómo que te vas a quedar hasta un instante después de que el mundo desaparezca. Si el mundo pierde sustancialidad, ¿dónde te quedarías sino en la mera indeterminación? Y en ésta, no puede haber un quedarse.
- Es un mero decir. ¡Puta madre que a la primera casa que se me ocurre ir se me presenta un tipo que me viene a cuestionar mis planteos metafísicos! Debí haberme pasado primero por la casa de tu vecino, le habría la cabeza de un guadañazo y listo. ¡Pero no! ¡Vos tenías que ser tan hincha pelotas y yo tan pelotuda!
La Muerte seguía bebiendo vino.
- Encima hoy tengo una banda de laburo. El Barba me dijo que los tengo que matar a todos.
En ese momento, la Muerte agarró su guadaña:
- ¡Perdoname, che! Pero estoy apurada. Si no los mato a todos, deberemos esperar otros 10 mil años. Muy rico el vino.
- ¡No pará! – la detuve.
- ¿Qué pasa?
- No te querés tomar otro vino. Ahora venían unos amigos. Íbamos a jugar al truco pero uno  se dio de baja. ¿Sabés jugar?
- Sí, pero no me sé las señas.
- No hay drama. Mirá: así es el ancho de espada… Así, el de basto…
La Muerte aprendió todas las señas con gran velocidad. Se la notaba interesada. Cayeron a mi casa Nito y Anacleto a los pocos minutos. Vestían medias de red y lápiz labial en los dientes.
- ¿Quién es este travesti? – preguntó Nito, señalando socarronamente a la  Muerte.
- Soy la que nunca ha  de morir.
- Bueno, bueno. Hay que formar las parejas. ¿Cómo hacemos?
- ¿Tiramos los reyes?
-  Dale.
Lanzamos los reyes y las parejas  se conformaron. La muerte iba con Nito; Anacleto, conmigo.
- Che, apostemos algo –sugirió Nito.
- ¡Dale! – lo secundó la muerte.
- ¡Bueno.  Si nosotros ganamos, ustedes se pagan una ronda de tequilas! – aventuró Anacleto.
- ¡EH, CHE! ¡CON GUITA NO! Vos sabés que desde que me compré mi guitarra eléctrica con la pensión de mi vieja no tengo un sope.
- Bueno, la Muerte no tiene bolsillos – dijo la misma, hablando de sí en tercera persona.
- Bueno, dale. Entonces si nosotros les ganamos, la Muerte no va a laburar esta noche – demandé.
-  Me parece bien – acató la Muerte, mas continuó -. Pero si nosotros ganamos esta partida de truco a 21 puntos ustedes se verán sometidos a una eternidad de suplicios en los Círculos del Infierno de Dante. Sobre sus  cabezas serán colocadas coronas de espinas que desgarrarán su carne, los demonios abrirán sus vientres con cuchillos desafilados y los cuervos devorarán sus entrañas. Entre las alimañas, las hienas penetrarán sus traseros sin ninguna clase de lubricación. Y será así, por el resto de la eternidad. El fin del mundo es la constante vuelta sobre lo mismo.
- ¡Uff… menos mal que no vamos a perder, eh! – se mofó Anacleto.
Y comenzamos a jugar. La primera mano ligué un 7 de copas, un 3 de basto y un ancho falso. Anacleto me hizo la seña de un 7 de oro. No voy a explicar toda la partida. El punto es que Anacleto y yo ganamos. Después de eso nos fuimos todos de joda con la Muerte, que resultó ser una masa. Encima que no terminó con el mundo, me ayudó a salvarlo reprimiendo manifestaciones en Madrid. La historia sigue y está con el ajuste.

 Notas de Los cuadernos de cárcel en lunfardo  de Mariano Rajoy, Crítica, Barcelona, 2012.

No ligó todas las manos así.

Parrandeamos hasta que se hizo la luz.


Sócrates

Moi: ¿Vos sabés que después de tirar esa cosa de Nietzsche sobre la degeneración física me acordé que el tipo lo bardeaba a Sócrates por feo?
Caro: ¡Jajaja!
Moi: Era la deslegitimación más cabeza de la historia de la filosofía
Caro: Nietzsche era de las divinas, seguro...
Moi: Era un cabeza como Theodor Adorno, que criticaba a Heidegger y a toda la ontología que presentaba su obra de una forma re solemne y terminaba: "¿Pero qué otra cosa se puede esperar de un campesino?". ¡Era un cabeza de termo!
Caro: Ahi arruinó cualquier posible legitimación.
Moi: Claro. Pasa que Heidegger era re campesino. Vivía en la selva negra. Construyó ahí su casita con barro. El tipo vivía en una choza que hizo con sus manos
Caro: ¿EH?
Moi: El tipo construyó su casa en la selva negra él mismo. Era un cavernícola… un cavernícola de la ontología fundamental.
Caro: ¡Jaja! ¡Uf! Sí, re cavernícola, me imagino.
Moi: No era tan cabeza como Nietzsche, igual. Heidegger no criticaría a nadie de feo
Caro: A lo mejor por judío o negro, no sé… ¿Pero de feo no?
Moi: ¡Pasa que Sócrates era feo posta! ¡Hasta Platón dice que es feo! Y eso que para que Platón haya hablado mal de Sócrates...
Caro: Lo que tenia de feo lo tenia de copado (?)
Moi: Hay un diálogo que es genial, El Banquete, donde aparece al final Alcibíades todo borracho y dice que Sócrates era feo pero que estaba enamorado de él, y que Sócrates no se lo quería coger, y le recriminaba a Sócrates eso: que durmieron juntos pero no pasó nada. Después terminaban todos borrachos.
Caro: ¡Qué picarones!
Moi: ¡Ese diálogo es una masa! Te juro que entraba Alcibíades a un asado todo borracho y le hacía las quejas a Sócrates. ¡Un momento descollante en la historia de la literatura!
Caro: En resumen: era feo… pero igual le entraba, y que encima no entregaba. ¡Jaja!
Moi: Claro. Era feo pero solemne. Encima Alcibíades arranca las quejas diciendo: "Sos horrible, pero me enamoré"; lo cual es muy hermoso, por cierto.
Caro: ¡Cuánta sinceridad!
Moi: En el libro I de La República Trasímaco lo acusa a Sócrates de rata que va a los asados, no pone plata y después le critica el pensamiento a todo el mundo. ¡Es genial!
Caro: ¡Jajaja! ¡Sí! Iba a todos lados de arriba y encima los hacia quedar como unos boludos. ¡Era un copado! ¡Jaja!
Moi: Daban ganas de cagarlo a trompadas porque aparte de ser un pedante era más feo que la mierda.
Caro: ¿Daban ganas de cagarlo a trompadas por feo? ¡Jaja!
Moi: Y por pedante. Porque de última si estaba bueno, vaya y pase su pedantería. Pero era las dos cosas: feo y pedante. Te deliraba todo el tiempo y después te decía que eras un genio y que te gratificaba con elogios. ¡Qué feo hijo de puta!
Caro: ¡Claro! Encima después te chupaba las medias para que quede todo bien, y uno quedaba como un tarado. ¡Jaja! eso por feo. ¡Los feos son así!
Moi: Por suerte, la gente bella como nosotros no hace eso. Da gusto sentarse con nosotros.
Caro: Claro.. igual hay que entenderlos un poco. O sea, ¿te imaginas vivir una vida entera siendo feo?
Moi: No tenés chances. ¡Igual Sócrates tenía una lavia! Compensaba por ahí: era chamuyero. Se levantaba pendejos en la acrópolis. ¡Era un viejo verde!
Caro: Era un viejo feo y pedofilo… y pedante, no olvidemos lo pedante.
Moi: Y era machista: cuando lo van a ejecutar estaba en la cárcel y lo van a visitar los amigos. Cae la mujer y se larga a llorar y el tipo le pide a los amigos que la rajen: "Quiero estar con mis amigos, no con vos". Encima debe de haber sido la única mina que le debió haber dado bola. Feo, pedófilo pedante, machista y puto, ¡para colmo!
Caro: ¡Uuh, eso es lo peor! Todos los putos son iguales, ¡qué putos que son…!

Fragmento  de RAJOY, MARIANO, Conversaciones hularantes con Little Freud, Planeta Agostini, 2010

"Quiero cogerme a un ángel...

pero se me presentaron a lo largo de mi vida muchos problemas. Por un lado, los ángeles son alteridades trascendentes. Nos guían en nuestra búsqueda mística del sentido de la vida. Los ángeles nos dan pistas sobre cuál es la verdad realmente verdadera. La experiencia de ver un ángel resulta siempre excedentaria de lo que de ella podamos decir. Reducir al ángel al monólogo del alma consigo misma resulta en la banalización de su calidad de otredad trascendente éticamente primera a mí. En otras palabras, cogerse al ángel implica que éste puede ser manipulado, que yo puedo hacer con él lo que quiera. Y en tanto que es así, si me lo cogiera haría que pierda su calidad de divino. Se convertiría en un instrumento que puedo asir con mis manos, negando su trascendencia. ¿Y qué sentido tendría cogerme a un ángel que no es trascendente?
Por otro lado, los ángeles no tienen genitales. ¿Cómo es posible, por lo tanto, el acto sexual? La propia fisonomía del cuerpo del ángel supone un obstáculo extra a la penetración. Si antes debía sólo traspasar las barreras de la trascendencia sin banalizar al ángel –tarea harto dificultosa-, ahora, además, en caso de conseguirlo, tendría que chocar contra un cuerpo sin aristas ni irregularidades donde colocar mi carne toda. ¡Vaya dilema!
Se sucedieron los años sin que mi deseo haya sido satisfecho. Cosa inevitable, pues el deseo, de ser satisfecho, negaría su propia entidad… ¿pero el deseo tiene entidad? ¡Vaya dilema! Yo creo que no. El deseo no es un ente. Si se quiere, es la voluntad… pero siguiendo a Nietzsche concluimos que el deseo puede negarse en la voluntad nihilista. Incluso, querer cogerse a un ángel es de nihilista, porque en su trascendencia y metafísica religiosa buscaría escapar de la verdadera vida, que es egológica. Igual, Nietzsche me cae mal, así que no le voy a dar bola. Concluyo, por lo tanto, que todo lo que enuncié en este párrafo es al pedo.
Digo entonces que jamás había podido cogerme a un ángel. Por mucho que haya intentado, no podía resolver la superación de las dos barreras que se me presentaban –trascendencia y fisonomía-. Cierto día, sin embargo, encontré una salida ad hoc.
El ángel podría practicarme sexo oral, pues los ángeles tienen boca. Nos hablan por la boca. Cuando el ángel se me apareciera para revelarme el sentido de la vida, buscaría sorprenderlo y tapársela con ya saben qué. Mi teoría encontró muchas críticas, pero me encargaré de refutar solamente a las dos que creo fundamentales. La primera sostiene que del pete de ángel resulta la banalización de la alteridad, puesto que al practicármelo, el ángel cae en el polo de lo mismo. A ellos les respondo que, dado que la misión del ángel es la revelación epistémica del sentido de nuestra vida y de la historia, si el sentido de mi vida es cogerme a un ángel manteniendo, a pesar de ello, el respeto a la barrera de la trascendencia, la ayuda que éste me dé para lograrlo, en otras palabras la práctica del sexo oral, será una experiencia realmente auténtica y, por lo tanto, irreductible a la mismidad. La segunda crítica sostiene que el pete no es sexo. A quienes afirman esto, les señalo simplemente que estoy refiriéndome al sexo en un sentido amplio, conteniendo en su concepto al de juego previo.
Salvadas las problemáticas, busqué encontrarme en un momento de desesperación, pues los ángeles se nos presentan a los hombres en situaciones límites… y así me hice del gobierno de España y el ángel se me apareció y me dijo que me iba a hacer un pete sólo si le recortaba fondos a la previsión social y estiraba la edad de jubilación. Yo agarré viaje. No estuvo tan bueno como esperaba, igual.”*

*Fragmento de Los cuadernos de cárcel en lunfardo de Mariano Rajoy, Crítica, Barcelona, 2012.

Mañana voy al Banco Nación a cobrar el cheque de mi beca

La fila del Banco es interminable. Desde marzo que vengo padeciendo largas horas de espera. Por eso, la última vez que fui, tome la decisión de hacer algo de mi vida en el Banco: voy a escribir una novela. La idea es que sea un laburo exclusivo de la fila del banco. Tratará de un grupo de pibes que se conocen en una fila de banco y deciden fundar allí un club e fútbol. Se titulará Comiendo Banco. Después iré subiendo los avances.

Ajusticiados por la Victoria

Vi: Voy a empezar a participar en un proyecto en donde se dan clases de filosofía en un bachillerato popular. Los dias viernes me toca.
Moi: ¡Buena onda! ¿Cuándo arrancás?
Vi: Sí, me dan nervios, la verdad; pero me interesa. No sé exactamente, porque me lo van a decir: el martes tengo que ir a hablar con los profesores.
Moi: Seguro lo hacés 10 puntos, boluda.
Vi: Y nada, estuve pensando mucho en la pedagogía filosófica. No sé. Nunca di clases
Moi: ¿Sos caradura? ¿Sos encaradora?
Vi: No lo sé. Yo creo que sí, pero no lo sé al frente de una clase.
Moi: A ver, en una reunión de amigos, ¿cómo actuás?
Vi: Ahhh sí, yo te decía que frente a una clase no sé si seré así. Pero con amigos o gente soy dada.
Moi: Bueno, ponete ese chip en la cabeza. Hablá como si estuvieras con tus amigas.
Vi: Es un buen consejo.
Moi: Las primeras palabras son las jodidas. Después te soltás. Obvio que da cagazo, pero la posta es el escritorio: cuando tirás los papeles arriba del escritorio y los acomodás y ves que el escritorio es nada que ver con el pupitre de mierda que te dan…
Vi: Jajaja
Moi: …y ahí te sentís todapoderosa. El único tema que tenés -y voy a sonar re sexista- es que sos mina, sos pendeja, y sos linda.
Vi: ¿…y entonces?
Moi: Si te tocan niños con hormonas alborotadas…
Vi: ¿No me van a escuchar, decís vos?
Moi: … se te va a armar el tole tole.
Vi: ¡Jajaj!
Moi: Por ahí te das vuelta y te chiflan. Los pendejos de 16, 17 años son recontra pajeros. La cara llena de granos de la calentura que tienen
Vi: Ya me pasó en la escuela que hice residencia el cuatrimestre pasado. Me sentí re rara cuando pasó eso, pero porque es una incomodidad rara y si la sabes manejar no pasa más nada. Después de tres límites ya no lo hacen mas porque saben que ya fue.
Moi: Bueno, la cuestión es ésa: saber poner el límite… y que alguno quizás se va a "ajusticiar" pensando en vos.
Vi: ¡Nooooo jajajaja! ¡Sos un hdp! ¡No quiero pensar eso! ¡Noooo, ahora sacámelo de la cabeza que no voy a poder dormir! ¡Jajajajaa!
Moi: Jajaja. ¿No me digas que no lo pensaste? Los pendejos son re pajeros; pero si la sabés manejar, podés usar esa calentura como motor al estudio profundo de la filosofía
Vi: ¡Jajajaja! Canalizar a través de la filosofía…
Moi: Claro, la pulsión de eros freudiana.
Vi: Claro, desviar la pulsión sexual hacia diversos objetos de la cultura.
Moi: ¿Te quité todas las ganas de ir a dar clases?
Vi: No, para nada... Capaz que se aumento el miedo, pero nada mas.
Moi: No seas boluda. Yo esto te lo digo porque uno tuvo alguna vez 16, 17 años y una profe linda hace que uno a esa edad se mueva por las inclinaciones. En otras palabras, que sea un pajero marca cañón. Y muchas veces pienso en mi ex profesora de francés, Rosalía, que era una belleza y se fumó tantos cursos llenos de pendejos pajeros. Igual la mina tenía medio un morbo, alentaba lo peor de uno…
Vi: ¿Por qué morbo?
Moi: Se ponía unos escotes muy sugerentes...
Vi: ¡Ahhhhhhh jajajaja! Bueno, mira un límite primero en mí…
Moi: ¡A mí no me joden! ¡La mina sabía que le mirábamos las tetas!
Vi: Es que si cuando voy a dar clases no lo haré con ropa que provoque, por decirlo así, porque busco y espero otra cosa de ellos. No es que voy a ir vestida de monja pero tampoco con una mini falda. Ahora, si me junto con amigas para ir a bailar seguro que me voy a vestir diferente (por ejemplo), pero si voy incluso con amigas a comer a algún lado tampoco voy a ir como iría vestida a un boliche. Te pongo ejemplo boludos, pero quiero decir que si me pongo una mini y escribo el pizarrón y... ¡como que no da!
Moi: No. Te entregan la prueba con residuos de semen los niños si hacés eso. Perdón por la imagen violenta. Ya ni sé cómo llegamos a esta conversación tan delirante. Hablando de semen. Ya sé que me fui al recontra carajo. En fin, la cosa es que sos linda y sos pendeja.
Vi: Entiendo. Bueno no tomare pruebas entonces, jajajaja.
Moi: Jajaja… O tomalas, pero no en mini falda. A lo que me refería en un principio es que es un plus ése que quizás yo no tenga independientemente de si soy mejor o no dando clases. No tendré que lidiar con la generalidad del macho del aula con olor a chivo, sombra de barba, voz cambiante y caliente con la profe. A lo sumo, podré ser el cómplice y decirles a los chicos que estás siempre entangada o cosas por el estilo. Así, para alimentar sus mentes perversas y hacerte la vida un poco más insoportable. Mi posición como futuro docente es un poco más cómoda.  Deberé lidiar con la pendeja pajera, a lo sumo. Pero las pendejas son más piolas. Somatizan por el lado de prestarte atención y responder preguntas en clase.
Vi: Claro. Con eso piensan conquistar al profesor: ser inteligentes. Pero el flaco pierde la cabeza porque la tiene en otro lado, ¡jajaja!  Y no quiero ser grosera, pero biológicamente es así. Por algo el hombre tiene 2 cabezas… y a veces sólo piensa con una, ¡jajaj!
Moi: No lo voy a poner en duda. Pero la adolescencia en el hombre es un proceso re jodido. Vos lo viviste como mujer y de esa experiencia no hablo porque es inconmensurable para mí. Pero el hombre se vuelve feo en la adolescencia y se le despierta la calentura y está siempre caliente. ¡Qué época de mierda!
Vi: ¡Jajajaa! “Feo”. Cambia mucho, como dijiste vos. Granos. Pero las minas también le salen granos a esa edad.
Moi: Sí, pero me refiero al plus: a los granos, el olor a chivo. El pibe no se sabe poner desodorante y todos los desodorantes son débiles hasta que encuentra el que va con él. La sombra de barba, los pelos, el cambio de voz. Uno suena como el Gallo Claudio. Y tiene todavía facciones de niño pero deformadas por los granos y tapadas por la sombra de barba y el peinado de moda que esconde los granos de la frente… ¡y está siempre al palo! ¡Un horror! Deberían meter al varón adolescente en una torre onda novela ambientada en la Edad Media. Y encima hablan de cojer. Así, con J. Pero nadie lo hizo. Las pendejas del curso están calientes con el profe joven, el preceptor o con los de 3° de Polimodal, paradigmas de masculinidad más realizados que un pibe con olor a chivo. Nadie le da bola al pibe adolescente…

Fragmento  de RAJOY, MARIANO, Conversaciones hularantes con Little Freud, Planeta Agostini, 2010

Nacimiento

Hace unos meses leí en Le Monde Diplomatique un artículo muy interesante de Rémi Nilsen sobre los avances que había tenido en Noruega una derecha a la que no reduciría de fascista sólo para no caer en un anacronismo. Cuesta no relacionarlo, a pesar de las diferencias, con los acontecimientos de la Eurozona.
En esta última, los movimientos de indignados han llegado a conmover a más de uno, hasta el punto de ser catalogados en un registro similar a una Primavera de Praga. Independientemente de las críticas que le puedan caber a los movimientos de indignados de la Civilización, lo cierto es que tienen buenos motivos para quejarse. Después de todo, ¿quién no se levantaría a agitarla un poco ante políticas estatales que van recortando a una gran mayoría de la población? No creo que vayan a cambiar el mundo, pero sí lo van a agitar un poco. El problema surge en hacia dónde lo van a agitar. Sabido es que la intensidad de las manifestaciones de los movimientos de indignados va de la mano con mayores porcentajes en las urnas de las derechas más recalcitrantes y podridas de Europa. Derechas que, al igual que los indignados, abogan por un cambio rotundo de los horizontes en la Eurozona. Pero no son sólo estas derechas la que capitalizan y que espero que no alcancen nunca espacios hegemónicos de poder, sino que un Rajoy es también consecuencia de los acontecimientos y no hace otra cosa que profundizar las heridas ardientes en España.
Los movimientos de indignados tienen un problema grave: son acéfalos. Por eso, por no tener una conducción política definida, son una masa capaz de derivarse para cualquier punto de un abanico de posibilidades que va desde la dictadura del proletariado hasta el despotismo de un Luis XIV pasando por todo lo que pueda haber en el medio (socialdemocracia, neoliberalismo, fascismo)… y esto los acerca a los indignados de nuestras pampas, a saber, la falta de un sentimiento de representatividad. Sin embargo, y para que conste y no me acusen de pelotudo, es en lo único que los puedo relacionar a los dos casos… y hasta ahí, porque los indignados argentinos que marcharon hace un par de días lo menos que querían era algo un poquito más a la izquierda que lo que hoy tenemos. Estos tipos abogan por la derecha, no son sus víctimas. Las diferencias entre España o Grecia y la Argentina son abismales y ponerlas en duda es propio de un pelotudo. No voy a ser diplomático en eso, si crees que hay cierta metonimia entre la Argentina de 2012 y España, Grecia o Italia sos un pelotudo (o una pelotuda). Esa afirmación no se puede sostener con seriedad. Al actual gobierno le caben críticas graves, pero Cristina no Rajoy.
Bueno, este blog nace un poco porque hay un blog bastante pelotudo que acusa al actual gobierno en Argentina de fascismo. Hacer eso es de una precariedad de sentido común muy grosera –iba a decir precariedad intelectual, pero por ahí me tachaban de pedante-. En una entrada en el futuro les voy a presentar el espacio de una forma más piola porque ahora estoy hasta las manos y esto medio que lo escupí rápido. En definitiva, les doy la bienvenida.

Aniversario

Ayer se cumplió un aniversario interesante: 14 años del lanzamiento de Google. Yo pienso siempre lo copado que debe estar laburar en Google: estás bañado en oro y vas a la oficina en monopatín. Pletórico. También me imagino que la gente de Google explota a niños y promueve la trata de blancas en Tailandia. No sé por qué. Creo que las megaempresas de internet tienen ese toque maligno. Igual uso chrome porque se la banca. Y si Google mata niños en Tailandia no me importa porque, saquémonos las caretas, es un buscador re piola. Ojalá un día Google me contrate y pueda ir a una oficina en monopatín. ¿Por qué lo harían? Porque yo nací el mismo día. Sería una buena apuesta marketinera tenerme de mascota empresarial. Yo también me calzo la camiseta de la globalización.
Bueno, les mando a todos muchos agradecimientos. Tanto a los que me dedicaron un tiempito ayer como a los que no, pues todos son parte constituyente de mi vida.

Mitos y verdades sobre Google:

Google es lo más.
Google es útil para buscar pornografía.
Google promueve la trata de blancas en todo el mundo.
Google es dueño de los videos que subís a Youtube.
Google se la banca.
Los que laburan en Google van a  sus oficinas en Silicon Valley con rollers y monopatines.
Google no sirve para ponerla a menos que labures ahí.
Lo que no está en Google no existe.
Google promueve el totalitarismo.
Google no es levinasiano puesto que reduce todo a la ontología… incluso a Levinás.
Google+ no garpa porque no hay minas.
Si ponés Google en Google podés romper el internet.
El presidente ejecutivo de Google se apellida Schmidt y, sin embargo, no es pelado.
Google Earth legitima la paranoia de Zeitgeist.
En Google son todos putos.
En Google hay una estatua de Massera.
En Google Earth se puede buscar el culo roto de Ricardo Alfonsín.
Cuando sea grande quiero ser como Google.