Terminator 2:
Judgement Day es de las pocas
películas en las cuales Arnold Schwarzenegger desempeña una gran actuación.
Sucede que el papel iba bien con él: un robot humanoide sin emociones
acompañando a un joven humano, el nuevo mesías, que le batía una serie de
postas relacionales. Duro, tosco, frío, diseñado como un homicida y seguidor incondicional de su software, Arnold no hace sino actuar de lo que mejor le
sale: de político del Partido Republicano.
Shaked my brain
Bueno, esta minita
se llama Ayelet Shaked y es una diputada israelí recontra turbia. Básicamente
está solicitando que el sionismo se ponga los lompas y saque la pija genocida
en Palestina. Estoy profundamente asqueado.
Dejo acá una carta que escribió la periodista israelí Mira Bar Hillel. Espero que no sea ella la
única persona en ese Estado terrorista que piense que todo se ha ido bastante,
bastante a la mierda.
Ella es joven. Es bella. Se graduó de la
universidad como ingeniera computacional. Ella es una Parlamentaria Israelí –y
el motivo por el cual llego a sentirme a punto de quemar mi pasaporte Israelí.
Tras sus ojos inmensos y su rostro inocente, acecha el Ángel de la Muerte.
Ayelet Shaked representa a la extrema derecha del
partido The Jewish Home o la Casa Judía (Hebreo: הַבַּיִת הַיְהוּדִי, HaBayit
HaYehudi) en el Parlamento. Su postura es aún más derechista que la de Benyamin
Netanyahu, por difícil que resulte creer que algo así fuera posible.
El lunes [Shaked] citó en su página de Facebook:
“Detrás de cada terrorista se encuentran docenas de hombres y mujeres sin los
cuales él no podría involucrarse en el terrorismo. Todos ellos son combatientes
enemigos y ciertamente deben morir. Esto incluye, también, a las madres de los
mártires que envían a sus hijos al infierno entre flores y besos. Los hijos de
los hijos deberían seguir; nada sería más justo. Deben desaparecer, como
asimismo los hogares donde se cría a las serpientes. De no ser así, muchas más
serpientes pequeñas serán criadas”.
Una semana atrás, justo antes de que Mohammed Abu
Khudair, de 17 años, fuera secuestrado y quemado vivo, Shaked escribió: “Ésta
no es una guerra contra el terror, ni contra los extremistas y ni siquiera
contra la Autoridad Palestina. La única realidad es que esta guerra es entre
dos pueblos. ¿Quién es el enemigo? El pueblo de Palestina. ¿Por qué?
Pregúntenles a ellos: ellos comenzaron”.
Antes de que ese niño palestino muriera de la forma
más horrible, [Shaked] ya lo había declarado un enemigo, y más tarde, sin
ningún indicio de culpa o remordimiento, estaba llamando a la muerte de mujeres
inocentes y sus hijos aún no nacidos.
Me hizo pensar en la hermana de mi madre, Klara, y
sus tres niños pequeños que vivían en Cracovia en 1939, cuando los invasores
alemanes decidieron que los Judíos –todos los Judíos- eran el enemigo y debían
ser eliminados, sin eximir a las mujeres ni a las “pequeñas serpientes” que
estaban criando. “¿Por qué? Pregúntenles a ellos: ellos comenzaron”, podrían
haber respondido los Nazis a la misma pregunta.
Nunca conocí a Klara ni a sus niños que murieron
durante 1942. Sí conocí a mi tío Romek quien sobrevivió trabajando en la
fábrica de Oskar Schindler, y a su esposa Yetti que también pudo hacerlo
gracias a que dominaba el alemán y simuló ser una distinguida señora germana
-que había expulsado de su hogar a un marido polaco y judío-, en tanto
intentaba sonreír educadamente a cada Nazi con quien cruzara camino.
El hermano de mi padre Shmuel y su joven familia
fallecieron antes de que yo naciera –escaparon de Berlín a Holanda, donde
fueron capturados-, en el mismo campo de concentración donde murió Anne Frank.
Sé lo que significa haber sido víctimas indefensas,
viviendo y muriendo bajo las botas de opresores racistas, y sé que los
Israelitas de estos días no son las víctimas sino los perpetradores, en la
actual crisis. Sí, los hombres de Hamas son asesinos terribles y llenos de odio
y pobre de Israel si ellos dispusieran de los medios necesarios para cumplir su
cometido. Pero es un hecho que actualmente Israel dispone de los tanques,
bombarderos, artillería, ojivas nucleares y misiles de defensa dignos de
Goliath, en tanto la gente de Gaza, una semana atrás, no tenía nada y menos
tiene hoy, cuando hasta sus hospitales y escuelas han sido bombardeados.
[Ayelet] Shaked ha logrado lo que quería. El número
de víctimas fatales en Gaza ya asciende a las cien, y una de cada cuatro de
ellas es un niño o una niña. Centenares de personas han sufrido heridas graves
en un territorio donde los hospitales son atacados y los insumos médicos ya se
agotan.
En Israel, pese a toda la voluntad de Hamas, [hasta
aquí] no ha sido registrada una muerte ni heridos graves aunque un festejo de
matrimonio fue interrumpido, según informaron los noticieros de televisión.
Y mientras las bombas caen sobre Gaza, adolescentes
israelitas han tuiteado sus sentimientos políticos junto a selfies donde
aparecen muy ligeramente vestidos. En dos tuits que luego fueron eliminados,
podía leerse “Muerte a todos los árabes, trans*** [comentario homofóbico]” y
“Que ustedes árabes sean paralizados y mueran con inmenso sufrimiento”. Otros
adolescentes tuitearon sus autorretratos con un breve “Muerte a estos f******
árabes”.
Mirando estas caras angelicales diseminando una retórica
genocida, tomo mi pasaporte israelí y una caja de fósforos. “No en mi nombre,
pueblo mío. No en mi nombre”.
¡¡¡Bonus Track!!!
Acá está Macri
dándole la mano al Benja Netanyahu. El PRO afianza sus lazos con el sionismo asesino
mientras caen bombas en Palestina. Pero... ¿acaso dice que ratifica su
compromiso en la lucha contra el terrorismo? Parece que nos olvidamos el
concepto de Estado terrorista en algún lado, ¿no, Mauricio?
Frases futboleras
"El fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, los alemanes siempre ganan. Por eso vivimos en el mejor de los mundos posibles"
Gary Liebniz, goleador y bibliotecario.
Problemas de identidad (?)
Apoyamos la promoción de conflictos bélicos decimonómicos que hace Google hoy. Porque a las guerras de antes iban los machos y no los robots pilotados a satélite, pedimos más rouge en los pantalones, cascos con un pincho, mosquetes y sables.
Napoleón III vs. Otto von Bismark
El ganador se queda con Alsacia y Lorena.
Pocho + 10
A 40 años de la muerte de Perón, el Pocho volverá a las
canchas vestido con el manto celeste y blanco. Sabella, DT de la Selé afirmó en
Conferencia de Prensa:
- Yo soy peronista,* y lo pongo al Pocho porque es peronista.
Si estuviera Insúa también lo pondría porque es peronista y yo pongo a todos los
peronistas porque soy peronista.
* Cuenta la leyenda que, allá por
el 2009 y con la Libertadores ganada, Sabella dio un discurso en La Plata donde
exclamó: "Llevo en mis oídos la más maravillosa música, que es la voz del
pueblo Pincha-Rata..."
Flor de pregunta
¿Por qué será que al común denominador de los defensores de los animales les resulta más importante la vida de un perro que la de los cientos o miles de gusanos que se alimentan de él?
Flor de pensamiento
Hay cierta
identidad de sentido en sentencias contrapuestas que nacen después de ganar un
debate. Por ejemplo, podemos decir que "A Fulano le cerré el orto" o
"A Fulano le rompí el orto" indiferentemente y manteniendo el mismo
sentido. A criterio popular, ¿este fenómeno se debe a la flexibilidad de la
lengua castellana o al hecho de que los extremos suelen ser idénticos entre sí?
Transporte público: el domador de perros
Encontrábame yo, fatigado por el
trajín de la jornada, sentado sobre el piso de un vagón de tren, cuando,
decidido a bajarme cerca de la salida de la Estación San Miguel, avancé con
seguridad hacia los primeros vagones del San Martín. Llegando a Bella Vista,
detúveme pues había mucha gente delante de mí y opté por sentarme en un lugar
disponible, dado que mi equipaje era sobremanera pesado. Frente a mí, hallábase
un hombre de delgada figura, vestido con una levita color blanca de material
sintético y hablando a través de su móvil con una dama, de la cual no conozco
nada. El hombre en cuestión parecía poseído por mil demonios, pues en su rostro
dibujábanse muecas nerviosas involuntarias mientras su cuerpo bamboleaba de
manera ecléctica sobre su asiento. Figurábase su buen humor en la conversación
con la mujer del otro lado de la línea, pues entre las volátiles expresiones
que gesticulaba sin quererlo, aparecíase una rebosante sonrisa a la par que su
tono, amable y gentil, invitaba a pensar en un temperamento amistoso. Así,
púseme a oír un poco de la conversación que él llevaba adelante y me di cuenta
que tirábale a ella los perros… o bien hablaba de perros que tiraban cosas. Así,
oí decirle:
- Sí, cuando era cachorra era complicada:
le gustaba jugar y mordía los muebles. Pero ahora pasaron los años y ya creció.
Es más atenta, me pregunta cómo ando, qué quiero comer. La verdad es que tener
una perra así es un regalo del cielo.
El hombre continuaba así la
conversación con su confidente, mientras no detenía sus torpes movimientos y
ademanes físicos. No comprendíale si la “cachorra” en cuestión era un espécimen
canino o una mujer (“su perra”). Si era esta última opción, juzgaríalo entonces
como un misógino; mas de ser la primera, seríale recomendable un tratamiento
psiquiátrico. ¿Acaso hallábame delante de un hombre capaz de decodificar los
ladridos de su can? ¿O solamente era un lunático que exhibíase en su absoluta
inadecuación de sí con el mundo frente a todos? Ambas son preguntas que jamás
podré responder con absoluta certeza. Y continuaba:
- La verdad es que estoy muy cansado
como para salir, pero me tiro una siestita cuando llegue a mi casa y si veo que
estoy con ganas, nos vemos a la noche, ¿dale?... Bueno… Bueno… Sí, sí… Dale.
Besitos. Te quiero.
Y así, dificultosamente, dispuso lo
mejor de sí para poder guardar su móvil en uno de los bolsillos de la levita,
mientras su rostro y su cuerpo continuaban contorsionándose alocadamente, como
una irracionalidad jacobiana. Veíanse con claridad y certeza cartesianas el
enorme esfuerzo que llevaba adelante para poder cumplir su cometido. ¿Lo
consiguió? ¡Por supuesto que sí! ¿Y yo qué? Bamboleaban en mis reflexiones
aquellas sentencias del magnánimo Arturo Schopenhauer, quien dijera en su
momento que uno siempre puede sentirse mejor consigo mismo refiriendo a la
desgracia ajena. (Un optimismo muy burdo, pero maravilloso). Pero, sin embargo,
perturbábame sobremanera que aquel sátiro que manifestóme toda su excentricidad
en menos de 5 minutos halló de una manera más que eficiente un espécimen para
la deposición de humores genitales. Así fue que bajéme, perturbado por las
contradicciones, en la estación San Miguel, la cual, por haber sido
reacondicionada, me dejó más lejos de la salida de la misma que si hubiera
permanecido en un principio estático.
Fragmento de ARAUJO, M., Niño Freud: Momentos cotidianos en el Conurbano Bonaerense o crónica del feudalismo, Buenos Aires: Eudeba, 2017.
Flor de pensamiento
Está bueno
saber que en Haití, además de sida y catástrofes naturales, hay también buena
música.
Transporte público: la rubia pretendida
Encontrábame yo, sumido en
conceptuaciones dentro del colectivo, cuando dos mujeres sentáronse junto a mí con
aires de superación de todo tipo de reflexiones. Una de ellas, cuya rubia
cabellera y esbelta figura de armonía interna volveríanla objeto fetiche de
cualquiera, comandaba la conversación con la otra, a la cual mis ojos no
captaron con atención por ocuparse de contemplar a la primera. La rubia, pues,
púsose a hablar sobre un pretendiente que había conocido en las redes sociales.
El individuo en cuestión, a quien alcancé a vislumbrar fugazmente en una
fotografía que ella mostróle a su amiga y que provenía, aparentemente, del perfil
social del susodicho, mostraba a un joven de “27 años” (según su pretendida)
que exhibíase a sí mismo semidesnudo delante de un espejo. Veíanse así sus bien
formados músculos.
Sin embargo, la fémina mostrábase en
cierto grado indiferente hacia él, pues otro partido manifestábase para ella de
una manera mejor. El joven en cuestión, también de 27 años y “Re lindo”, tenía
para ella “los mejores detalles”. ¿Cuáles? Los de un caballero, pues. Él invitábala
a salir y pagaba todo. Y hacíalo siempre, sin importar que hubiéranlo
recientemente “echado de su trabajo”. Su pretendida admirábalo aún más por ello,
pues el altruismo que él demostraba era incomparable. Otro detalle en cuestión fue
el siguiente: él regalóle “una hermosa y muy útil billetera”. Sorprendióme a mí
que ella no hubiera captado el mensaje implícito detrás del regalo. Sin embargo,
ella dudaba, pues él nunca habíale declarado su amor ni habíale dado pautas de
cómo actuar en el futuro. Quizás, pienso ahora, a él preocupábale no quedar en
situación de calle antes de comenzar una relación seria. La fémina, aún así,
estaba más enganchada que Luis Barrionuevo con el acto electoral (?), pero
temía que él no sintiérase feliz con ella. Por ese motivo, decidíase –entre divagaciones
y divanes- por no descartar a su musculoso amigo de redes sociales, pese a que
su corazón estaba con el desocupado. Historias de amor y dramas cotidianos que cuéntanse
en el colectivo. Lo único que pensé cuando hube bajado fue que debí haberle
reprochado la falta de comprensión del regalo de su desempleado pretendiente.
Fragmento de ARAUJO, M., Niño Freud: Momentos cotidianos en el Conurbano Bonaerense o crónica del feudalismo, Buenos Aires: Eudeba, 2017.
Blackisser
JC:¿Esta pibita?¿[Es] de la UNGS? ¿Es
la Valkiria?
Moi: she's not the
valkirie. Tenemos unos amigos en común. Pegamos buena onda. Apliqué mi
teoría sobre las minas y Cortázar, que consta en decir que "Rayuela me rompíó el bocho"…
JC:
Jaja. Yo funciono al estilo Rayuela,
ni bien empiezo a hablar ya quiero pasar a la parte de la cama.
Moi:
¡Ja! Bien ahí, con lo de Rayuela.
JC: A mí me funcionó una vez Kafka… No me
preguntes cómo.
Moi:
¡JAJA! Y eso que Kafka tiene poco power
de coger.
JC: Si, muy poco
Moi: Yo creo que lo de Rayuela es el tonito love story teenager que tiene por
momentos. Cortázar era medio sexópata. Lo de Kafka me llama la atención; es
como calentarse leyendo 1984.
JC:
Si. Sospecho que debo haber sido yo y Kafka me usó para hacerse fama de que
hablando de sus retorcidos cuentos uno puede llegar a coger… y acá estoy
divulgándolo; cumpliendo su cometido de promulgar su fama por el mundo.
Moi:
Impresionante. Y permitime la pregunta: ¿Te llevaste a la cama a la susodicha?
JC: Debo reconocer que sí.
Moi: Oh, impresionante. ¿Y tuviste que
hacer un trámite burocrático? ¿Mandar una carta documento? Al estilo: "Estimada:
Vengo a solicitar que me deje penetrar su orificio vaginal durante la próxima
media hora".
JC:
Esto se pone turbio, pero si a beso negro se refiere, tengo que decir que sí. ¡Jajaja,
re podri!
Moi:
¡Jaja! ¿Le diste un beso negro a la mina? ¿Sos así de turbio?
JC:
No, era joda. Onda que no había entendido lo de “burocrático” y confesaba sin
querer… igual si, pasó, ¡jaja!
Moi:
¿Lo del beso negro alguna vez? ¿O pasó el garche sencillo y sin beso negro
mediante? JC, de tu respuesta dependerá que deje que me vuelvas a dar un beso
cuando me saludes…
JC:
Pasó, pero voy a aclarar que sólo un idiota se compra un chocolatín en pleno
verano. Lo que quiero decir es: hubo un tanteo y reconocimiento del porcentaje
de contaminación y el resultado fue nulo.
Moi:
¡Jajaja! Me imagino que andabas con los medidores de radioactividad. Una onda
Chernobyl.
JC:
¡Jajaja! Sí. Igual fueron segundos, hubo elogios de la otra parte. Y buen, todo
el que vuelve es héroe de guerra.
Moi:
¿No te tuviste que dar una ducha desintoxicante? ¿Onda cuando visitás Chernobyl
que te dan manguerazos?
JC: ¡JAJAJA!
Moi: ¿Y fue una actitud voluntaria o la mina te lo
exigió?
JC: Si tuviese la oportunidad, a esa chica, se lo
haría nuevamente. La verdad que venía muy bien de ahí.
Moi: Porque si andaba con el área
limpia, implica que intuía que lo ibas a hacer. Bidet a full
JC:
No, no… todo se remota a un amigo que tiene más historias que el Diego. Y
siempre contaba cosas de ese calibre y más.
Moi: Por ahí te vio cara de perrito que mete el hocico
en culo ajeno.
JC: Resumiendo: nos recomendó probar, previo
reconocimiento de campo.
Moi:
¿Le preguntaste cómo se lava el culo? Para recomendarlo a minas que no tengan
el área tan purificada.
JC:
Sí, me dijo que le dice a todos que se lo chupen. ¡Jaja!
Moi:
Es una buena táctica. ¿Te puedo decir
"Blackisser"?
JC:
¡Jajaja! Eeh… Seee… Igual una vez lo hice nada más y fueron segundos. Y repito
que si puedese, a esa mujer, se lo haría nuevamente… a otra no [lo] sé.
Moi:
Aparte, imagínate: andás re enamorado, te vas a coger una mina y decís: "Le
voy a hacer un beso negro para demostrar mi amor, mi altruísmo"…, bajás
JC: ¡¡¡Y PAH!!!
Moi:
Y ves que hay mierda, pero mierda vieja… seca… de
generaciones pasadas. Después de eso, no
podés ver a la mina con los mismos ojos… Es impresionante que estemos
hace como 40 minutos hablando del culo en acto sexual y el tema no se haya
agotado todavía.
JC: Sin duda, es inagotable.
Fragmento de RAJOY, MARIANO, Jean Paul Sartre y Niño Freud: cartografía posmoderna de la concha de la libertad abstracta, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2018.
Historias de vida
Goethe fue un poeta romántico. Sentía nostalgia por
ese fútbol menottista que supo deslumbrar al argentino medio en la década del
70. Cuenta la leyenda que el joven Werther, aquel sufriente personaje de su
juvenil novela epistolar, decidió arrancarse de sí su vida no porque su amor a
Lotte no haya sido correspondido... sino porque ella se iba a casar con un
bilardista pincha rata.
Teoría crítica: School days
Típica serie nipona
de animé que trata la vida de un pibe tímido que se enamora de una minita y una
amiga les hace el puente. Hasta ahí, el paradigma de la comedia romántica posmo
de cierto erotismo softcore animado. Sin embargo, los personajes allí inmersos, desprovistos de una
normativa institucional sobre la cual referenciarse, son continuamente
expuestos a la violencia psíquica que deviene, sobre el final, en colapso
mental y explosión de violencia física.
Si bien los personajes son por momentos demasiado superficiales, retrata
en alguna medida la forma de la relación afectiva en la contemporaneidad.
Nivel de libertad abstracta: 80/100
Nivel de apología posmoderna: 40/100
Nivel de estereotipación: 85/100
Nivel de consecuencias: 100/100
Nivel de enseñanzas para hacer de éste un mundo mejor: 00/100
Mi calificación: 3/5 Detesto a la posmodernidad.
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