Sobre Charlie Hebdo y la marcha en París

En el día de hoy un grupo de nobles dirigentes de la OTAN desfilaron por las calles de París para denunciar los recientes acontecimientos. Cameron, Rajoy, Merkel y otros muchos se solidarizaron con Hollande y encabezaron una columna de manifestantes en una actitud demagógica e irrisoria hacia los poderes mediáticos concentrados. Junto a ellos se encontraba también un fuerte aliado: Benjamin Netanyahu, quizás el más grande criminal de guerra activo en la actualidad. ¡No podía ser de otra forma! Después de todo, Hollande resaltó desde el comienzo de su mandato su constante solidaridad al lobby sionista, tanto desde las prácticas diplomáticas como desde el discurso cotidiano, efervescente en las épocas de ocupación sobre el territorio palestino.
No me gustaría apelar a la historia negra de Francia y las atrocidades inhumanas que se han perpetrado en la Argelia colonial para resaltar algún nivel de hipocresía en esta manifestación porque no me hace falta. Convengamos que más acá en el tiempo estos mismos actores han participado en cuanto derramamiento masivo de sangre ha habido y no los vi marchar ni una sola vez en solidaridad a las miles de víctimas que sus fuerzas de ocupación han violentado tanto física como simbólicamente. Porque claro, si hay un rasgo común entre ellas y los perpetradores de la tragedia de Charlie Hebdo es su precedencia religiosa. El Islam es para ellos un caldo de fanatismo que merece ser erradicado prontamente por motivos geopolíticos y fundamentalmente económicos que exceden por mucho la bandera filantrópica de intervención sobre la opresión cultural (lo que llevaría a otras formas de opresión no muy enfatizadas por ellos).

En la actual situación económica recesiva de Francia éste va a ser un buen recordatorio para la población de quién es el "verdadero" enemigo y no me caben dudas de que la dirigencia política va a apelar a ello enfáticamente como válvula de escape de las frustraciones de una sociedad que vivenciará progresivamente el deterioro de su calidad de vida. "El Islam no sólo te pone bombas... también te viene a robar el trabajo" podría ser una excelente proclama para los tiempos que se vienen en Europa.


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